viernes, 30 de marzo de 2012

No soporto tanta crítica
No aguanto tanta hipocresía
No soporto las caretas
No aguanto la rutina
No soporto haberte perdido
No aguanto los celos
No soporto la inacción
No aguanto el nadaseraigual
No soporto tanto odio
No aguanto sin dormir...

Cuando la realidad y tus distorsiones cognitivas se mezclan
Cuando te rindes y te vuelves a rendir
Cuando te das cuenta que ya no está ni va a volver a estar
Cuando no entiendes que te mantiene unido en esta amistad
Cuando tienes miedo de romper la cuerda por no usarla
Cuando cuentas 3 años sin vivir
Cuando mentir, la inacción, y el desequilibrio son la verdad
Cuando tu ciudad se te escapa de las manos
Cuando tus promesas no valen nada
Rodillas peladas y tierra en las heridas
¿Desinfectas o sigues jugando?

martes, 6 de marzo de 2012

Antes podía acordarme de tí pero ahora ya solo puedo acordarme de tu recuerdo

Estás de vuelta o de ida en la cama donde dormiste la segunda mitad de tu adolescencia, miras hacia la estantería reviviendo situaciones, momentos que han quedado atrapados en objetos aparentemente comunes. De repente, tu mirada se detiene sobre uno de esos recuerdos de plástico y microchips que hace que te pique la garganta, los ojos y hasta el alma...

La incredulidad ya no protege, estás muerto de verdad, pero ¿cómo es posible?. Somos mortales lo sé, perdedores potenciales de la vida, pero ese axioma no es para tí, tú eres demasiado valioso, ¿a quién se le ocurre morirse con tanto por hacer?.
Yo ya te maté, fuiste parte de una etapa que me construyó, me construiste... te quise, te admiré, me apoyé en tí y me sujestaste, te pregunté y respondiste (eres una de las personas que más porqués me ha respondido), me guiaste y no dejaste que me perdiera. Pero esa etapa pasó y te dejé atrás junto con mi adolescencia, eso sí, sin olvidarte, sin dejar de ser lo que por tu culpa soy. Pero ahora hay demasiada gente que te necesita como yo te necesité, gente a la que has dejado a medio construir... ¿En qué narices estabas pensando? Tú no eres prescindible, no eres un mediocre, tenías ese noseque que convierte el carbón en diamante, que hace entrar el sol en la caverna y la revienta...
Cuándo pienso en tí y me doy cuenta que ya no existes, me preguntó qué será de esas personas que te necesitan sin saberlo, que no podrán conocer a uno de los profesores que más influirá en su vida, al que querrían y admirarian lo suficiente como para dejarse guiar y por el que harían el esfuerzo de rebuscar en su interior y sacar lo mejor que encontraran...
Yo no entiendo nada, si tú mueres cualquiera puede morir, por muy imprescindible y extraordinario que sea. A veces te odio por hacer consciente esta verdad vital que en el fondo todos sabemos pero que no aceptamos.

Algún día conseguiré perdonarte por haberte muerto antes de tiempo... quizás cuando descubra que gracias a lo que me aportaste, gracias a lo que dejaste en mí soy capaz de ayudar a alguien como tú me ayudaste...