domingo, 16 de noviembre de 2014

-

Puedes crear lo que sacie tu necesidad
Puedes crear lo que te permita seguir adelante tras el espejo
Puedes crear el más bonito y espectacular decorado...

Pero nunca, nunca alargues la mano para tocarlo... porque desaparece.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Y todos los te quiero que no dices por miedo a un yo también

sábado, 11 de octubre de 2014

MUERE SONRIENDO. PARTE CUATRO: QUIÉREME. Daniel Orviz

Quiéreme.

Manifiéstate de súbito.

Choquémonos, como por arte mágico
en el Bukowsk,
un miércoles.
Pidámonos disculpas. Sonriámonos.
Intentemos tirar el muro gélido
diciéndonos las cuatro cosas típicas.
Invitémonos
a bebidas alcohólicas.
Escúchame decir cosas estúpidas
y ríete, Sonríeme. Sorpréndete
valorándome como oferta sólida.

Y a partir de ahí

quiéreme.

Acompáñame a mi triste habitáculo.
Relajémonos y pongamos música.
De pronto, abalancémonos
como bestias indómitas.
Mordámonos, toquémonos, gritémonos
permitámonos que todo sea válido
y sin parar,
follémonos.
Follémonos hasta quedar afónicos

Follémonos hasta quedar escuálidos

Y al otro día

quiéreme.

Despidámonos rígidos, y márchate
de regreso a tus límites
satisfecha del paréntesis lúbrico
pero considerándolo algo efímero
sin segundo capítulo.
Deja pasar el tiempo, más sorpréndete
recordándome en flashes esporádicos
y sintiendo al hacer un sicalíptico
látigo por tus gónadas.
Descúbrete a menudo preguntándote
qué será de este crápula.
Y un día, sin siquiera proponértelo
rescata de tus dígitos mi número,
llámame por teléfono
y alégrate de oírme. Retransmíteme
ponme al día de como van tus crónicas
y escucha cómo narro mis anécdotas.
Y al final, algo tímidos, citémonos.
En cualquier cafetín de corte clásico
volvámonos a ver, sintiendo idéntico
vértigo en el estómago.

Y en ese instante

quiéreme.

Apenas pasen un par de centésimas
sintamos al unísono un relámpago
de éxtasis limpio y cándido,
y en el crescendo cinematográfico
dejémonos de artificios y máscaras.
Rindámonos a la atracción magnética
que gritan nuestros átomos
y sintámonos de placer pletóricos
por sentirla recíproca,
Unidos en un abrazo simétrico
perdámonos por esas calles lóbregas
regalándonos en cada parquímetro
con besos mayestáticos
que causen graves choques de automóviles
y estropeen los semáforos

Y para siempre

quiéreme.

Dejemos que se haga fuerte el vínculo,
unamos nuestro caminar errático,
declarémonos cómplices,
descubramos restaurantes asiáticos,
compartamos películas,
contemplemos bucólicos crespúsculos,
charlemos de poética y política
y celebremos nuestras onomásticas
regalándonos fruslerías simbólicas
en veladas románticas.

Y entre una y otra

quiéreme.

Dejemos de quedar con el grupúsculo
de amigos. Que los follen por la próstata.
Pues si ponemos el asunto en diáfano
sólo eran una pandilla de imbéciles.
Cerrémonos, y en un afán orgiástico
con afición sigamos explorándonos
buscando como hábiles heroinómanos
el subidón de aquel polvo iniciático.

Y aunque no lo logremos. Da igual.

Quiéreme.

Para evitar que nuestra vida íntima
se corrompa con óxido
busquémonos alternativas lúdicas
apuntémonos a clases de kárate
o de danzas vernáculas,
juntémonos en cursos gastronómicos.
Presentémonos
a nuestros mutuos próceres
anteriores del árbol genealógico
y a lo largo del cónclave
sintámonos con ellos algo incómodos
mas felices de haber pasado el trámite.

Y quiéreme después. Sigue queriéndome,

continuando con el proceso lógico
juntemos nuestras vidas en un sólido
matrimonio eclesiástico,
casémonos a la manera clásica,
hagamos un bodorrio pantagruélico,
y cual pájaros de temporada en éxodo
vayámonos de viaje hacia los trópicos
y bailemos el sóngoro cosóngoro
mientras bebemos cócteles exóticos.

Y al regresar, sentemos nuestros cráneos.
Comprémonos un piso. Hipotequémonos.
Llenémoslo con electrodomésticos
y aparatos eléctricos,
y paguemos un precio de las dádivas
regalándole nueve horas periódicas
a trabajos insípidos
que permitan llenar el frigorífico

Y mientras todo ocurre, solo

quiéreme,

del fondo de tu útero
saquemos unos cuantos hijos pálidos,
bauticémoslos con nombres de apóstoles,
llenémoslos de amor y contagiémoslos
con nuestra lóbrega tristeza crónica.
Apuntémoslos a clases de música
de mímica y de álgebra,
y démosles zapatos ortopédicos,
aparatos dentales costosísimos,
fórmulas matemáticas
y complejos edípicos
que llenen el diván de los psicólogos.
Releguemos nuestro ritual erótico
a la noche del sábado
cuando ellos salgan vestidos de góticos
a ponerse pletóricos
ciegos de barbitúricos.
Paguémosles las tasas académicas
a los viajes a Ámsterdam.
Dejemos que presenten a su cónyugues
y al final, entreguémoslos
para que los devoren las mandíbulas
de este mundo famélico.

Y ya sin ellos

quiéreme

a lo largo de apuros económicos
y de exámenes médicos,
mientras que nos volvemos antiestéticos
más cínicos, sarcásticos,
nos aplaste el sentido del ridículo
y nos coman los cánceres y las úlceras.
Quiéreme aunque nos quedemos sin diálogo.
Y te pongan histérica mis hábitos.
Enfádate, golpéame, hasta grítame
y como única válvula de escape catártica
desahógate en relaciones adúlteras
con amantes más jóvenes
y regresa entre lágrimas y súplicas
perjurándome que aún sigues amándome.

Y yo contestaré tan sólo
quiéreme.
Quiéreme aunque te premie salpicándote
en escándalos cíclicos
y te insulte, y te haga sentir minúscula
y me pase humillándote
y me haya vuelto un sátrapa
que roza cada día el coma etílico
y me haya vuelto politoxicómano
y me conozcan ya en cada prostíbulo.

Continúa queriéndome
mientas pasan edípicas las décadas
y nos envuelve el tiempo maquiavélico
en un líquido amniótico
que borre de odio que arde en nuestros glóbulos
y nos arroje al hospital geriátrico
a compartir habitación minúscula
inválidos, mirándonos
sin más fuerzas ni diálogo
que el eco de nuestras vacías cáscaras.

Quiéreme para que pueda decirte
cuando vea la sombra de mi lápida.
Y antes de que venga y cierre la mano
de las muerte mis párpados:

"Ojalá,
ojalá como dijo aquel filósofo
el tiempo sea cíclico
y volvamos de nuevo reencarnándonos
en dos vidas idénticas,
y cuando en el umbral redescubierto
de una noche de miércoles pretérita
tras chocarme contigo
girándote, me digas: "Uy, perdóname"
le ruego que permita al dios auténtico
que recuerde en un segundo epifánico
cómo será el futuro de este cántico
cómo irán nuestras flores corrompiéndose
cómo acabaré odiándote
cómo destrozarás cuanto fue insólito
en este ser,
cómo la vida empírica
nos tornará en autómatas patéticos
hasta llevarnos a la justa antípoda
de nuestro sueño idílico."

"Y sabiendo todo esto, anticipándolo
pueda mirarte directo a los ojos
y conociéndolo muy bien. Sabiendo
el devenir de futuras esdrújulas
destrozando en un pisotón mi brújula

te diga
sólo

quiéreme."






viernes, 10 de octubre de 2014

Los científicos poetas

Me quedé mirando ensimismada la botella de cristal llena de agua, el rayo de luz que la atravesaba, su dispersión en un arcoiris imposible...

Diferenciamos las letras de las ciencias, el arte de la tecnología, los números de las palabras... pero perdemos la perspectiva de la artificialidad de esa clasificación, el pacto arbitrario de tales cajones estancos que nada tienen que ver con la realidad de nuestra naturaleza: ¿O acaso no es poeta el científico que se detuvo a ver el arcoiris?

viernes, 4 de julio de 2014

+

Porque no sabes si vas o vuelves,
Y es que el hogar ya no lo tocas, lo sientes.
Porque algunos sueños se te quedaron en la mitad,
pero te nacen ilusiones por cada pestaña que soplas.
Porque lo único que permanece son los cambios,
Y en mis cambios permanecéis vosotros...
Que convertís mis límites en infinitos.
"Porque abrazarles es como mil carcajadas, y cien pisos arriba de golpe en ascensor"
Yo solo sé que quiero tener mil y una arrugas en los labios de tanta risa compartida y que os quiero, os quiero mucho.

viernes, 27 de junio de 2014

+


Porque abrazarla es como mil carcajadas y cien pisos arriba, de golpe, en ascensor.


jueves, 26 de junio de 2014

Vuelve

¿Y cuándo te vas a cansar de desperdiciar oportunidades que no vuelven?
¿Y cuándo te vas a cansar de quedarte quieto y ver el movimiento en pantalla?
¿Y cuándo te vas a cansar de ignorar las consecuencias?
¿Y cuándo te vas a cansar de hacer del pasado presente para seguir frenando?
Y cuándo, cuándo, cuándo...
Hablo de vivir acorde y afinado, de comprometerse, comprometerse con la vida.


Vuelve los necesitas, te necesitan: "Si te echo un poco más de menos creo que me va a dar algo"


Si sigues no-viviendo creo que te va a dar algo.

sábado, 7 de junio de 2014

Los-nunca-nunca-existen

Puede no valerse o no encontrar nunca con quién hacerlo valer.



jueves, 15 de mayo de 2014

El infinito está en lo que desechamos por finito, en las prisas de las superficies, nos dejamos llevar de un vacío a otro, sin nadie que se atreva a bucear y descubrir, el mar en el charco.

jueves, 8 de mayo de 2014

"Te da miedo esta decisión y discutes sobre ella hasta que el destino te la arrebate de las manos. Estás optando por la salida cobarde y lo peor es que eres demasiado cobarde para admitir que tomas la salida cobarde."

miércoles, 7 de mayo de 2014

-

De ilusiones con filtros de colores también se sobrevive. Si no nos matamos en la siguiente curva, te cuento cómo hago el truco de desaparecer(te)

La caja de resonancia de tu cuerpo: Marco el ritmo con mis manos. Sigue el ritmo... sigue el ritmo.

miércoles, 5 de marzo de 2014

-.-=+

Puede que sea un jodido desastre, lo sé. Que sea adicta a serlo, que necesite unas cuantas salidas del margen diarias para no recordar que nada tiene sentido. Puede que diga demasiados tacos, que tenga el autocontrol bajo mínimos y me defina por un desajuste serotoninérgico (según las últimas teorías).
Tal vez, mi largo plazo muera porque me mate el corto y ya no sé si lo que creo ser es consecuencia de lo que fui o al revés (un salto temporal muy de Lynch). Seguramente nunca llegue a nada porque no soy capaz de contener mi potencial, de dejar que siga una corriente con finalidad. Y ese "nada" sea ser útil para alguien, (tengo miedo a pensar sobre ello, porque descubriré que es otra milonga, otro sentido vital de cartón piedra). Analizo, desmenuzo todo de manera patológica y eso siempre provoca aislamiento porque nadie atiende a tal pormenorización. Pero os diré una cosa (en realidad me la digo a mí, pero queda más cuerdo hacer como que hay un receptor externo) si de algo estoy segura (teniendo en cuenta que no puedo estarlo de nada al cien por cien, puesto que no hay verdad) es que sé lo que son los instantes de  incodicionalidad. Cuando comprendes que alguien te quiere tanto, que quieres tanto a alguien, como para no juzgarte, como para no juzgarle y aguantar tu peor máscara, y aguantar su peor máscara, que no hay contratos porque no hacen falta, que hay instantes de verdadera incondicionalidad (remarcaré lo de instantes, porque como todo lo perfecto, solo puede durar unos segundos) .Utilizaré el término arbitrariamente pactado: amistad, y para ser más concretos instantes de amistad encadenados (el término amor está demasiado cargado de mierda cultural ficticia y se malentendería)

Y he aquí otra salida del margen en forma de insomnio selectivo.

martes, 25 de febrero de 2014

¿?

Somos egoístas, pero no estoy segura si la definición de egoísmo encuadraría aquí, es egoísmo ciertamente pero no sé...bueno tengo prisa.
Una teoría que podría explicar el por qué no alcanzamos cambios sociales rápidos en pro del bien común, por qué no alcanzamos una paz mundial y un reparto equitativo de los recursos reales e inventados (dinero) del planeta, es porque somos egoístas hasta para sacrificar generaciones. Me explico, esto ha sonado muy crudo ahora que me leo. Estamos preocupados de nuestra propia vida, nuestra propia generación, y en realizar el cambio ¡ya! en esta nuestra época. Pero no nos damos cuentas que sí, individualmente somos mortales, pero nuestra especie es "inmortal", al menos tanto como el sol, y necesita cambios a corto plazo en pro del largo plazo. Me jode la gente que habla del bien común y no se da cuenta que si de verdad queremos cambiar el destino humano, en aras de pasar de parásito a un ser que aporte más que quite (ahora mismo no me sale el término biológico) necesitamos hipotecar nuestras vidas en pro de las futuras. Pero, ¿quién haría eso? estamos condenados a pensar de manera finita, a preocuparnos por lo finito de nuestra existencia individualista. El personaje de ideales inamovibles dispuesto a morir por ellos ejemplifica este pensamiento, dejar de pensar en una generosidad temporal para ti y tus semejantes, en tu momento vital y pasar a pensar en una generosidad para tu especie y no para el ser humano de un tiempo equis y de una época equis.
No sé, tal vez solo he escrito una sarta de chorradas peligrosas, necesito madurar este pensamiento pero ganaba la necesidad de escribirlo y leerlo desde fuera.




jueves, 13 de febrero de 2014

25 de agosto, 2010

Mírame a los ojos, ¡dímelo vamos!
No soporto la forma en que me acaricias los párpados ¡no me toques!
Deja de mentir, deja de hacerme volar, deja de hacerme correr angustiada ¡no me sigas!
Bésame, muérdeme, escoge cualquier palabra de amor y tírala a la basura ¡cállate!
Grita, grita, ¡grita! fóllame pero no me hagas el amor, dame la mano pero no me des una palmada ¡déjame!
Olvida mi olor, olvida el sabor de mis mordiscos, ¡bésame, no dejes de hacerlo!
Abrázame sin dejarme respirar ¡aléjate!
LLévame al infierno de la religión más cruel ¡sálvame!
Sonríe, deforma tu boca, tócame sin rozarme ¡ámame!
Elévame hasta el séptimo cielo ¡déjame caer!
Hazme sufrir de placer...

¡TE QUIERODIO!