En esta montaña rusa de tornillos oxidados,
de carriles desviados,
de subidas y bajadas que provocan un malestar generalizado,
se suben y se dejan llevar, pasajeros sin meta ni lugar,
gente que olvidó el sentido de su felicidad
y ya tan solo aspira a esa seguridad corroída
que mató su libertad de abandonar la mentira.
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